jueves, 20 de octubre de 2011

Pongan a un tiburón en su estanque




A los japoneses siempre le ha gustado el pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón ya no tienen muchos peses desde décadas.

Así que para alimentar a la población japonesa los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro.

Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado.

Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.

Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco y no les gustó el congelado, que se tenía que vender más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa.

Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, aunque vivos. Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor ‘fresco-fresco’.

Como resolvieron el problema las compañías japonesas? Como consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?

Tan pronto una persona alcanza sus metas,  empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa o lo que sea, normalmente empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto.

Así sólo se relaja.

Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería o el de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla. Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50: “Las personas prosperan cuando hay desafíos en su medio ambiente".

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los barcos, pero ahora también ponen ¡UN TIBURON pequeño! 

Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, para mantenerse vivos.

Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte sobre él. Así que, invita un tiburón a tu tanque y descubre qué tan lejos realmente puedes llegar.


(Esta historia me la contó Pedro Suarez, alumno del Master en Dirección de Mktg en 2010).

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